Hay un hombre que miente en el interior de cada cosa. Se podría decir que fascinado por las aguas más oscuras de su espejismo externo o por una misión.
Fue suficiente. No puedo yo revelarles tanto.
Mientras hervía el caldo, recordé aquel encuentro con Bassard a la salida del cementerio. Ya se habían ido todos pero él seguía en la vereda. Espontáneamente se había puesto a hablar, desde su borrachera y hacia quien quisiera oír, sobre las bondades de la difunta.
Recordé también cómo por el paredón comenzaron a bajar los gusanos, todavía ellos con sus bocas repletas de la piel de la mujer, muerta y húmeda, y la extrañeza de notar que ya nadie se sorprendía por los hechos formidables que habían comenzado a suceder desde hacía un tiempo, quizás como una defensa última y extraordinaria que nos preservara de la locura. Una batalla contra la imaginación y la realidad, que ya no parecían competir entre ellas sino en contra de todos nosotros.
Como si fueran cachorros perfumados, los miró Bassard sin incomodarse al tiempo que yo evaluaba el modo mejor para cortarles la cabeza: uno por uno me los debería colocar entre los dientes hasta encontrarles el cuello con la lengua. Ahí iría el corte. Exacto en el cuello.
Los gusanos se acercaron a nosotros esquivando y siendo esquivados por chicos de las manos de sus madres las que, al ver la escena, los arrastraban lejos porque: ¿qué madre quiere que la suela de su hijo se hunda entre gusanos?
Bassard continuaba su ponencia. Habrían amarronado aún más sus pulmones cinco o seis cigarrillos cuando noté que los gusanos retrocedían hacia el paredón, seguramente satisfechos por la charla en la que él la nombraba y nuevamente hambrientos de su carne, todavía fresca.
Eso, imaginarlos penetrar nuevamente su féretro, fue lo que quizás apuró mi despedida y lo que luego provocó mi vómito contra el paredón, vómito que enseguida fue devorado por los enviados del “Señor de las Moscas”, como llamábamos a quien quisiera ser el responsable de estos sucesos que nos estaban invadiendo los oficios.
Con Bassard siempre nos habíamos preguntado las razones para tanta pared alrededor de los cementerios. Nadie quería entrar y hasta los gusanos se escapaban.
Habría que enterrar también a los cementerios, pensé en aquel momento en el que aún sentía que podía haber una alternativa mejor para todas las cosas. Pero si eso sucedía, si tapábamos con más tierra a los cementerios, se elevarían montañas inmensas en cada ciudad convirtiendo al paisaje mundial en un mayor camposanto.
Hoy, frente a este caldo, me pregunto adónde estarán las montañas ahora que los mapas ya no sirven para nada.
septiembre 19, 2008 a las 7:18 pm |
Tiene algo de la claridad expositiva del siglo XIX, cosa que, en este caso, me gustó.
Saludos.
septiembre 19, 2008 a las 8:37 pm |
Por alguna razón me hace acordar a algunos textos de Conrad
septiembre 20, 2008 a las 2:05 am |
A mí me recordó bastante a algunos cuentos de Poe y a la canción del gusanito, esa que dice
«Despacito suavamente, voy hacia ti
Cadenciosa y sexy tu bailas para mi
El gusanito, el gusanito
Me hace cosquillitas cuando escucho tu voz
Siento que el bichito del amor me picó
El gusanito, el gusanito…»
septiembre 21, 2008 a las 9:47 am |
Tam, me estás llamando vieja?
Magui, en realidad está basado en canciones de Montaner.
Luc, tanto los gusanitos de Poe como los mares de Conrad son «homenajes», nunca plagios. Ojo.
septiembre 21, 2008 a las 2:23 pm |
Lácak su-cumbil. Gustal.
septiembre 21, 2008 a las 7:44 pm |
Hola, buscando Diégesis, que es el adjetivo con el que apode a mi amiga Noelia, encontre esto, me sorprendio. “Otra que lleva la marca de Bianco (quiza sin saberlo como el caso de noelia)le comente a mi amiga”. Concluimos en escribirte algo, bueno este es mi mail:
soyunpixel@hotmail.com
saludos!
septiembre 22, 2008 a las 2:34 am |
disculpame,
¿vos sos alejandro lerner?
septiembre 22, 2008 a las 8:55 am |
Respondo yo: (con la melodía de «Por un poco de amor»). «No no no no, nanananananan».
Que disfrute de este día, estimada Viguita. Felicidades
septiembre 22, 2008 a las 12:24 pm |
Laviga, cada autor que hace recordar a autores de otra época, en realidad los resignifica
septiembre 22, 2008 a las 1:19 pm |
Uhh, adhiero al deseo de Matu para que disfrute este día
septiembre 22, 2008 a las 1:56 pm |
Sí!!!! ¡Felicidades muchas muchas!
Mi regalo: http://www.youtube.com/watch?v=fSbTVRPLoEA
septiembre 22, 2008 a las 2:50 pm |
Sobre el cumplaños de Laviga:
Dijo la Presidenta: Dice Néstor que felíz cumpleaños
Dijo un Emo: Te envidio, un año más cerca de terminar con tanto dolor
Dijo un flogger: Arre.
Dijo Cumbio: ¡¡¡¡¡Eeeeeeh!, ¡Guachina!. ¡Alta fieeeeeta, gatoooooo!
Dijo Mary: Mmmmmgggfhg (Le está comiendo la verga a su chico)
Dijo Matu: ¡Traé tu bizcochuelo que te lo lleno de crema!!!!
septiembre 22, 2008 a las 2:55 pm |
dale, decí la verdad
¿sos lerner, no?
septiembre 22, 2008 a las 4:25 pm |
Lácak, el pelsonal de Lavigaenlapajaajena agladecel su cumbil y demás oflendas.
Julia, genial, aunque a mi se me hace que Diégesis es un sustantivo.
Pablo, mi no entiende…
Matu, gracias! es como volver a empezar, que aún no termina el juego, viste.
Aste, hasta ahora viene muy bien el día. Espero que nada me lo resignifique más de lo que ya está.
Luc, El Topoyiyo!!!! Wow!!!! Gracias!!! (de la familia Telerín no tenés nada?)
Matu, Mary estuvo en casa el sábado! Y si bien se olvidó de traerme Palo Santo y sahumerios y todo lo que le pedí que me trajera, te dejó un saludo muy muy muy especial (vos ya sabés).
Pablo, bueh.. está bien. Si. Soy Lerner. Pero no lo divulgues.
(y si te piden mi teléfono, vos das el de Maguila, si?)
Con permiso, voy a seguir cumpliendo años un rato. Vuelvo después.
septiembre 22, 2008 a las 6:00 pm |
Ay, nena… Yo venía a desearte un feliz año nuevo y vos me salís con los gusanos.
Besos y piñatas
septiembre 22, 2008 a las 6:01 pm |
Felicidades, Laviga!
Este clásico es para tí:
septiembre 29, 2008 a las 1:49 am |
si, vengo a temblar.
(hola laviga)
septiembre 29, 2008 a las 1:06 pm |
Duda, pensá que son gusanos de mezcal.
Pancho querido! pero qué alegrón!
pablo, «play it again, Sam»…
septiembre 30, 2008 a las 3:35 am |
abriles, que están golpeando…
septiembre 30, 2008 a las 7:24 am |
abriles, que no se van…
septiembre 30, 2008 a las 11:35 am |
abriles, no seas ortiba…
septiembre 30, 2008 a las 11:06 pm |
no me olvidé de tu cumple, sólo estaba tatuándome unas heridas más, besos
octubre 2, 2008 a las 10:59 am |
Abriles, que volverán???
Vicente, no me hablés de heridas, no me hablés…